13 sept 2018

Soñándote





Ayer te apareciste en mis sueños como nunca, desperté y seguí soñándote durante el día. Te confundí entre la gente y estuve a punto de saludar a aquella chica que llevaba un perfume similar al tuyo. Pero no eras tú.

Deseaba tanto que lo fueras.

Y es que cada noche redundas en mis sueños, viniendo como la luna ante el ocaso o como las olas del mar a la orilla de la arena. Causas el efecto de desmoronar mis paredes con sólo escuchar tu voz, con solo saber de ti. Y cuando me dices que me piensas, todo es afortunadamente peor. Todo luce más alegre aunque no estés, aunque estés ausente, aunque estés lejos o aunque estés con otra persona. Es algo que ninguno puede controlar.

Nunca he deseado soñar contigo pero lo hago, a veces constantemente, otras más esporádicamente, hay días que te cuento, otros me lo callo. En ocasiones no queriendo pensar en ti y no sales de mi mente, no queriendo imaginarte y te confundo entre la gente.

No quiero que vengas conmigo a mis sueños, no te lo pido, pero si te sucede lo mismo puedes estar segura que en tus sueños quiero ser bueno. Quiero ser mejor de lo que soy en persona.

Quiero no dejar de hacerte soñar, creer, reír o incluso amar. Aunque yo no sea testigo de eso, aunque a veces toque callarlo, a veces estas emociones son imprudentes y producen cierta espontaneidad en quien las vive, en quien las siente.

Deseo tanto sorprender tu rutina.

Deseo tanto no dejar de soñarte.

1 comentario: