11 jun 2013

Prototipos I: La bomba






Siempre tiene que haber un motivo para hacer una fiesta, por más dolido que ande el ser humano en otra parte del mundo alguien estará de cumpleaños o como mínimo estarán celebrando por cualquier cosa, pero siempre hay algo que llama la atención de las fiestas, o al menos aquí en Venezuela esa es la impresión que me da…

Una fiesta en Venezuela es una mezcla de culturas que van desde los mariachis mexicanos, el tambor venezolano con raíces africanas y las horas locas cargadas de merengue dominicano, reggaeton boricua y rock americano.
Un detalle que llama la atención es que las fiestas siempre se interrumpen por 3 razones, o por lo general son siempre tres, a veces hay más:

- Llegan los mariachis: Todos están emocionados bailando o al fin esa chica con quien uno toda la noche ha estado lanzándole miradas y picadas de ojo decide concederle una pieza, cuando de repente se apaga la música, abren un pasillo como si del "Ale limón el puente se ha caído" se tratara y entra el tipo con voz de director de escuela pero con tamaño de jinete cantando las mañanitas a plena 12 de la noche. Siempre me ha parecido curioso que en los mariachis llegan los cantantes antes que sus voces pero las trompetas por muy lejos que estén serán las primeras en escucharse; aparte que hay una sincronía perfecta entre el sonido de las trompetas y las glándulas lagrimales del agasajado. Apenas suena el “Fara ra rara rara ra” suelta el llanto involuntariamente.

-Hay una pelea: Estás tan concentrado tomándote un trago, hablando con los amigos o bailando tu canción favorita cuando sientes el envión brusco que te saca de compases a ti y a tu pareja de un solo movimiento, ese movimiento que te deja con “efecto ventilador” porque enseguida volteas de lado a lado para ver quien fue y resulta que cuando ves la piña en el piso te acercas a averiguar o te mantienes al margen con una expresión tipo: “mierrr… se están dando duro”. Me llama la atención de estas situaciones que cuando hay una banda en vivo para ellos nunca pasa nada, ellos siguen tocando como si la gente no les va a parar a los que están peleando pero no! Es inevitable no ver tamaño espectáculo.

-Van a picar la torta: Típico, toda la fiesta estuvo aburrida, nadie quiso bailar, pero es que las personas no entienden que uno no va a llegar a una fiesta súper activado de una, no, eso solo lo hacen los artistas y los mariachis. Para que la gente se active tienen que haber varios factores influyendo, entre ellos está el alcohol en la sangre, un hombre que recién lo dejó la mujer o una mujer que anda a escondidas del marido, sino nadie va a prender la rumba (entiéndase por rumba el punto al que llega una fiesta cuando todos los invitados están fuera de control). Entonces es en ese punto cuando salen apagando todo y uno no sabe si es por ahorrarle energía al planeta pero no! Se escucha el “Hay que noche tan preciooosa…” y es cuando entras al dilema del “me voy, pero la rumba estaba buena”

Ahora, pudiéramos agregar un "bonus" o una ñapa y es esta:

- Se va la luz: No hay mucho más que agregar solo que lo más incómodo es que todo el mundo escucha lo que tú hablas, todos notan tu presencia! O nunca han escuchado comentarios como “Ese no es fulanito el que está hablando allá? Chacha, y ese cuando llegó que yo no lo vi!” Es como estar en un velorio sin muerto y sin llorantinas.

No importa quién sea el cumpleañero, mucho menos la ocasión, es que esta amiga ahora no perdona y en cualquier fiesta aparece como invitada: Es la bomba de agua, quien sale a relucir en medio de la fiesta y muchas veces es causante de malas caras o del retiro inesperado y/o anticipado de los invitados puesto a que limita el uso del baño, principalmente a las mujeres. No importa la capacidad del tanque de agua, la bomba siempre va a aparecer en manos de la dueña de la casa quien con su vestido de gala por fuera va a cuidar los intereses de ama de casa que lleva por dentro, sale en medio de los invitados de una manera peculiar, como si estuviera haciendo el trencito pero (como en todas las casas) va es directo a la toma de agua que está en la entrada para conectar su bomba porque el agua “está llegando”. Instante preciso para que pongan la hora loca o para que las vecinas invitadas corran a sus casas a buscar sus bombas y formar parte de la sinfonía ruidosa del artefacto extractora del vital líquido por toda la noche hasta que por supuesto, termine la fiesta o se vaya el agua.