Algunas traen errores ortográficos y ni los notan (Clásico AsaNblea Nacional) |
El venezolano siempre tiende a ser protagonista de sus historias e incluso a presenciar las historias ajenas, sino pregúntenle a algunos vecinos míos.
Si de algo somos esclavos los venezolanos aparte de una buena arepa o un plato de caraotas los lunes y de mondongo los domingos es que somos víctimas del poder de una revista.
Los venezolanos leemos el periódico de atrás hacia adelante, primero vemos los sucesos y al final la primera plana, eso se relaciona claramente con el hecho de que cuando compramos algún producto nunca leemos el manual, aprendemos a usar un celular de última generación con la estrategia de “ensayo y error” los manuales apenas y los hojeamos.
Pero, si para algo somos buenos nosotros los venezolanos es para leer ciertas revistas que nos convierten (a muchos, no todos) en sus esclavos, existe una para hombres y una para mujeres.
LAS MUJERES: "Vive el Mañana"
Toda mujer venezolana experimenta un orgasmo visual cada vez que ve un catálogo de avon, esika, l’bel, jade, etc… ellas tienen variedad porque hay mucha competencia en ese ámbito.
Desde la clase alta hasta las mujeres más humildes del país, todas, alguna vez en su vida han encargado algo en avon, desde cremas, perfumes, artículos para el hogar, para el uso personal, higiene y aseo, entre otras.
Éstos si se leen desde el principio, ellas entienden ese idioma que usa palabras técnicas como “campaña” “pedido” “catálogo”, unas le regalan cosas a sus esposos e hijos porque también para los caballeros hay productos pero eso sí, que no te vea el compadre con el catálogo en la mano: chalequeo seguro!
Lo loable de este tipo de “revista” es que muchas mujeres viven de ello, se convierte en una fuente de empleo que les genera ingresos, para otras les genera deudas, unas resuelven el regalo del día de las madres con una crema anti arrugas con extractos de zábila, colágeno y vitamina e (más barato que el botox y tal) pero también hay otras que son tan esclavas que dejan las ganancias a cambio de productos y nunca le ven el queso a la tostada.
LOS HOMBRES: "Suerte y..."
Para el hombre venezolano que en algún tiempo fue el típico machista (hasta que en siglo XXI las mujeres se “revelaron” y tomaron posiciones nunca antes vistas dentro de la sociedad), es normal hablar de juegos de envite y azar, algunos juegan sus triples y se compran el kino para cumplir su sueño dorado de todos los que vivimos en esta nación.
Pero no hay duda que somos esclavos de algo llamado Hipismo, quien a su vez se acompaña de la popular Gaceta y no precisamente la “Oficial”, de hecho cuando yo era pequeño entendía que “Gaceta Oficial” era la gaceta legal, que la de la imagen era ilegal y por eso muchos hombres iban presos cuando en tiempos de recluta le encontraban una gaceta a cualquier hombre.
Esa es la revista de la cual el hombre venezolano es esclavo, la gaceta de caballos, donde se maneja un lenguaje técnico que contiene palabras como “Válida” “Ganador” “Rinconada” “Santa Rita” “Más once” y que además no se acompaña con perfumes ni cremas corporales, sino con cerveza, dominó, radio de bolsillo y compadres (En ALGUNOS casos incluyen mujeres, tu sabes…).
Lo loable de esta esclavitud es que el hombre no sabe el significado ni la pronunciación de frases como: “Hello! How are you?” o de esta “I’m going to get some drinks with my firends babe” pero son unos linces para pronunciar los nombres de los ejemplares que cada día son más extraños tanto en español como en inglés:
Pronunciación – Nombre del caballo
Mayón bisnes = My own business
Güeris poet = Where is Poet
Quincarlojuan = KingCarlosJuan
Yesuyet = Yesus Jet
Excelen nius = Excelent News
Gotopo = Go Topo
Y hay otros que son grandes chinazos y ni los notan:
Catire Bello, El Misionero, Siete Macho, Impetuoso, Angelito Mío, entre otros; los cuales pueden prestarse para frases como “Compadre ¿cuánto pagó Angelito Mío?” o sino “métele 20 al catire bello” “En la sexta le metes al impetuoso” o al narrador se le oye decir “Entran en la última curva, siete macho por dentro de misionero quien no se despega de la baranda…”
En este caso el hombre deja la quincena apostando y bebiendo, es triste pero cierto, algunos llevan para la casa -de la otra- comida, otros dejan lo que les quedó luego de darle a la mujer y a los hijos y algunos incluso juegan “fiao”.
Lo curioso del poder de estas revistas es que trascienden, las mujeres asisten mensualmente, algunas semanalmente a reuniones sobre la nueva campaña, del nuevo producto, a premiar a las mejores vendedoras, entre otras cosas, mientras que los hombres tienen su reunión cada fin de semana en las peñas hípicas o en cualquier taguara ubicada en el solar de alguna casa, esto, nos habla del poder de una revista que en nuestro país es común verlo en todas partes y es común ver gente esclava de ellas.