El vigilante es la primera
persona que te encuentras al entrar a un lugar, bien sea un banco, un centro
comercial, una oficina pública, etc. Y es la primera persona con quien te
tropiezas al salir.
Personaje peculiar, presente
en todos lados, representado en diferentes personas, pero siempre bajo los
mismos estándares, siempre bajo el mismo prototipo.
¿De qué va todo esto? Bueno,
sencillo.
El vigilante es una persona
que cumple con un uniforme y, en algunos casos, un armamento. Además es parte
del prototipo tener un teléfono celular al cual nunca debe faltarle el saldo,
sino, ¿de qué serían sus guardias nocturnas sin tener cómo ni con quién hablar?
Es decir que también debe tener una pretendiente. Conjuntamente, para las
guardias de día es necesario llevar unos lentes de sol oscuros, no importa si
está trabajando dentro de las instalaciones de un centro comercial o banco,
debe dar la impresión de ser una persona intimidante en todo momento.
Si el vigilante lleva
armamento nunca lo lleva cargado, siempre he visto armamentos de vigilantes sin
el peine de la munición. Aparte usan chaquetas que los hacen ver 3 veces más
gordos o corpulentos de lo que son.
El vigilante es una persona
que debe tener un amplio conocimiento de las instalaciones que patrulla,
ejemplo de ello es llegar a una oficina y preguntarle a quien atiende por los
baños y lo primero que te dicen es “pregúntele al vigilante”. Otro ejemplo
puede ser que llegas a un sitio, el vigilante te ve con mirada intimidante y le
preguntas por la oficina de alguien en particular y te diga “ah! La señora
fulanita si eso está en el piso de arriba, al lado de donde dice gestoría”
El vigilante debe tener un
amplio conocimiento de los procedimientos que
se llevan a cabo en el lugar donde trabaja. En ocasiones es el encargado
de llevar el café a las secretarias de la planta baja. En horas de almuerzo es
quien más come y prueba por mínimo 3 almuerzos ajenos al suyo, es en ese
momento donde se relaja, saca su lado humorístico y romántico.
Hoy día, el vigilante es
quien controla y organiza las colas, da información sobre los productos que
llegan, horario de atención, números de cédula para la venta, si hay punto o si
es sólo efectivo, orden de entrada y hasta propicia información sobre algún servicio
que se esté prestando o no actualmente en las instalaciones.
Puede ser amable en unos
casos, en otros no tanto, con los hombres nunca lo es, con las señoritas
siempre, es una medida, un patrón, un prototipo más.