20 nov 2013

Tu Ausencia...




Tu ausencia aún me duele, en silencio a veces sigo lamentando y buscando explicaciones para dar con algo que me haga comprender el hecho de que te fuiste para siempre de nuestras vidas... Al menos físicamente lo hiciste... El no tenerte aquí por cosas de la vida, designios de Dios, por cuestiones del destino o por lo que fuese, son cosas que siguen marcando la vida de quienes te rodeaban, personalmente la mía.

Los miedos no son eternos, los miedos hay que enfrentarlos alguna vez y a mi me tocó enfrentar los míos, los miedos te hacen fuertes, tu partida era el miedo que nos hizo fuertes pero también nos hizo darnos cuenta de que sin ti hay más distancia entre nosotros que otra cosa... Ojalá todos pudieran comprender y dejar de lado las diferencias para buscar la verdadera unión como siempre fue tu mayor deseo incluso en tus horas de agonía...

Tu ausencia me marcó, me marca y me marcará para bien y para mal, porque en las enseñanzas, los consejos y los recuerdos consigo lo bueno pero en la tristeza viene lo malo... Tu ausencia, tu partida... La que nos dejó vulnerables pero nos hizo fuertes a la vez, ese espíritu luchador que tenías, ese ímpetu y esas ganas de seguir adelante sin importar los recursos con los que contaras, esa ausencia que hoy padecemos, esa ausencia que hoy lloramos, esa partida que lamentamos pero que a Dios le respetamos.
No se puede ser eterno en la vida pero nuestra vida puede ser eterna a través del tiempo y nuestros legados para las generaciones venideras. Esas generaciones que sabrán más adelante que tu ausencia no debe ser motivo de tristeza, rabia o debilidad sino de valentía, lucha y de constancia.

Eternamente para ti como en aquel momento cuando miraba hacia arriba y tenía esas estrellas artificiales sobre mi cabeza y los ángeles nos enviaban una lluvia de bendiciones firmada con tu nombre, yo coreaba: 'quiero que sepas mujer que aunque lejos te encuentres no te he olvidado y como siempre estarás ocupando en mi alma un lugar sagrado'

Un lugar en mi alma y en el alma de cada uno de los tuyos porque tu llegada no fue en vano para ninguno pero tu ausencia no pasa por alto ni siquiera un segundo.