21 ene 2022

He vuelto a escribir

 




    Tengo un archivo con muchos títulos para ideas de desarrollo de historias desde hace varios años guardado, una vez hice una dinámica sobre las palabras que me sugerían para hacer micro cuentos que es a lo que me he estado dedicando últimamente en cuanto a redactar se trata, pero no los hice, no los desarrollé nunca porque sentí la necesidad de parar y no volverme a encerrar en un círculo vicioso de temas reiterativos, ideas hay muchas, la creatividad nos mantiene vivos a los que creamos.

    Sin embargo, un micro cuento puede expresar mucho, pero en ocasiones no puede ser suficiente, extrañaba analizar situaciones y pensar en cómo podía organizar las palabras correctas para expresar lo que quería, para transmitir el mensaje correcto. Muchas personas siguieron viniendo aquí tratando de encontrar algo nuevo, pero todos en algún momento de nuestras vidas consideramos que necesitamos cambiar y crecer como personas, como profesionales, como seres humanos.

    Hay etapas que deben vivirse y ser parte de la tesis de la vida de cada quien, pero no te das cuenta de que es así hasta que realmente enfrentas nuevamente una situación que ya pasaste antes, o peor aún, cuando ves que otro va directo a una situación de esas y lo intentas frenar. Nadie aprende en cabeza ajena.

    Escribí mucho sobre mi regreso, quise hacer un relato, pero no siento que esté en forma, esto es solo un ejercicio del que espero tener la oportunidad de seguir recuperando el ritmo para poder traer historias mejor contadas.


14 ago 2019

Hecho Polvo - Y III





Hecho polvo por no poder vivir a esta altura lo que siempre soñé. No tener a mi lado a la persona que desde siempre imaginé conmigo e impotente porque nunca la vida me sonrió con alguien que me brindara una oportunidad sin tener que poner peros a la hora de amar.


Sin distancias, sin recelos, sin condiciones sin pareja ni amores temporales, con ganas de amar y dar el paso sincero.

Confundido y distraído, cada paso que dio el amante lo alejaba más de su chispa para enamorar y se volvió aburrido y monótono.

Sencillo y poco detallista, se te olvidó cómo amar, cómo conquistar y cómo ser tu sin intentar ser otro para agradarle a ella.

Aquella pregunta me dejó muy pensativo durante mucho tiempo:
¿Realmente crees que sigues siendo capaz de amar?

Cada intento un fracaso. Ya ni los encuentros casuales eran placenteros, se volvió un vicio, una rutina mortal.

Comenzó como un pensamiento intimidante y se convirtió en un proceso mecánico, una estrategia que funcionaba y te llenaba el ego, quien no correspondía no valía la pena y quien lo hacía no te comprometías.

Ahora te pregunto amante: ¿Vives en los recuerdos de alguna? ¿Cómo crees que te lleguen a recordar?

No dejarás huella y tu fracaso será visto por quienes se atrevan a saber de tu historia, aquella del amante con cicatrices que terminó hecho polvo porque nunca supo si era capaz de volver a amar o porque nunca encontró el camino para volver a hacerlo.

La última vez que lo vi fue ese día. Nos miramos a los ojos mientras hablábamos y la música casi ensordece la conversación. El amante y yo nos vimos fijamente a los ojos y sus ojos se dilataban, estaban rojos, como si toda la sangre de su cuerpo se hubiese acumulado en ellos, las lágrimas le caían por el rostro y finalmente gritó como desesperado, una y otra vez. Su último grito fue sin sonido alguno, sólo moduló y las venas en el cuello se le tensaron de una manera impresionante.

Quizás no lo has entendido aún pero el amante soy yo, sin darme cuenta y sin poder siquiera controlarme decidí romper el espejo y tomar los vidrios con mucha fuerza entre mis manos.

Lo que ha sucedido después lo desconozco porque probablemente para el momento en que estés leyendo esta carta ya habré muerto…
Aquel amante finalmente se fue desvaneciendo con sus cicatrices y entre sangre que salía de sus venas en aquel suelo quedaron sus dudas y sus respuestas. 

Fin.

28 jul 2019

Con Cicatrices –II





Cicatrices de un pasado, de un amor a sí mismo que se va perdiendo entre tantos amores pasajeros o aquellos que no llegan a ser amores siquiera.

Mala fortuna tuve de haber conocido la peor versión de ti para amar, justo en el momento en que yo estaba dispuesto a darlo todo. El enorme peso en el hombro que llevabas de tu pasado fue más fuerte de lo que yo pude haber hecho por ti para seguir adelante con un amor nuevo. Tu herida sin sanar me dejó una cicatriz profunda.

Distracciones o simplemente la oportunidad de haberme enamorado de alguien que ni siquiera estaba cerca de mí, alguien que no llegué a conocer en persona porque así lo quiso la vida… aún no entiendo la lección que el destino intentó darme contigo pero esta cicatriz la arrastro y la sigo teniendo muy marcada dentro de mí.

Aquel amante de noches eternas, de desvelos y de conversaciones que lo llenan por momentos y lo hacen ilusionarse con una oportunidad que se vislumbra como definitiva pero sin concluir. Amores inconclusos… de esos estás lleno.

Acostumbrado a quedarse a mitad de camino para amar, para desear, para poseer y ser feliz, sintiéndose nuevamente vacío y cerrado.

Si estas cicatrices fuesen físicas, el costado de este amante tendría múltiples marcas del desamor, del despecho, de la traición, del dolor de estar solo o de simplemente no haberse atrevido a darse la oportunidad.

Y cuando hablo de oportunidad recuerdo haber pasado un par de noches en la misma habitación donde estuvimos juntos la vez que nos vimos y no pude siquiera abrazarte. Sentí un profundo dolor y una tristeza tan grande que no fui capaz de dominar el insomnio al imaginarte allí a mi lado, tan cerca y tan distante, tan fría e indiferente. Y yo con tantas ganas de estar entre tus brazos, de sentirte entre los míos. Me duele y no quiero expresarlo pero ese rechazo es un puñal directo al corazón.

Y ahora me encuentro aquí, hablando de amores que imagino y tú creyendo que existen, describiendo a quienes nunca llegaré a conocer o añorando a quien quizás nuevamente volveré a ver. Puras ingenuidades de la mente para engañarme a mí mismo, a quien no puedo engañar es al corazón precisamente, pues, lo tengo repleto de cicatrices, de amores banales y pasajeros, de ilusiones confusas, asfixiado con tanta tristeza. Me siento…

Continuará.

14 jul 2019

El Amante – I





     Quiero dejar claro que lo plasmado forma parte de una serie de escritos enlazados entre sí sobre un mismo sentimiento, sobre una misma persona. Esta historia necesitas leerla por completo para entenderla, no puedes leer una sin antes haber leído la anterior porque todas están enlazadas.

Solitario como el lobo, desconfiado como aquel que ha sido víctima de la traición y el sufrimiento de jamás ser el mismo, éste es un hombre que quiere y adora en silencio, que guarda anhelos dentro de su conciencia los cuales no sabe si llegará a cumplir.

Amante de sus silencios, ahogados con una mirada de enamorado. Una de esas miradas imposibles de callar porque el disimulo no distingue entre la vergüenza y las emociones. Hombre que no escapa del deseo carnal hacia aquella mujer que tanto piensa y sueña.

Se entrega en ocasiones manipulado por la pasión y las ganas de ser suyo, de que ella sea suya…

Este es un hombre feliz cuando ama y se entrega, no podría decirse lo mismo de él cuando durante muchas noches no tiene la compañía anhelada y en medio de su soledad lo acompañan las lágrimas y la culpa.

Pero, ¿realmente recuerdas cómo amar? ¿De verdad crees que amas o te crees capaz de amar? Le pregunté y se quedó ausente y absorto en sus sueños y pensamientos, de los que hablan de soledades y vacíos, no se cansa de pensar en un amor imposible de conseguir, de vivir el rechazo o de amar a una pensando en otra, imaginando posibilidades remotas.

Su mirada muchas veces es fría y perdida, otras veces no parece estar en el lugar donde uno lo ve. Se retrae y se le nota la tristeza aunque quiera disfrazarla con cualquier alegría del momento.

Amante, que eres vacío incluso cuando te entregas con todas tus ganas, no se sabe si eres tú o si es tu alma.

Te deprimes en silencio.

Y no eres el mismo.

Y la vida se te va amando amante, desgastado de tantos amores deshechos y recicladas conversaciones que quedaron sepultadas en las paredes de una habitación que no te pertenecía.

De un amor que no era tuyo.

Dejándote muchas…



Continuará


4 jul 2019

Doctor.





Las líneas que a continuación escribo las hago desde el núcleo de mi ser. Me tomó varios días decidir qué palabras iba a colocar para que transmitieran el sentimiento que me generó enterarme de la dolorosa noticia de tu partida. He tratado de ser cuidadoso con este escrito y quisiera que no pareciera una carta a alguien que se ha ido, porque ni para mí ni para ninguno de los tuyos tú te has ido.

En el sentido de una carta quisiera decirte que a pesar de tu partida te admiro y respeto ese espíritu guerrero que siempre mantuviste incluso cuando luchabas para mantenerte vivo, ese espíritu gladiador que quisiera tener o que no falte en cada paso que dé en mi vida. Ese que te hizo superar las situaciones que la vida te puso cuando te golpeaba y a pesar de todo seguiste adelante con tu sueño de ser un profesional y sacar adelante a tu familia, por ver a tu mamá sonreír, por ver a tus hermanos felices y más adelante a tus sobrinos vivir a plenitud con cada consentimiento que les brindaste en los momentos que compartían juntos.

No quiero que esto sea una carta de despedida porque no me despido de ti, aunque me dolió caminar de regreso a casa con lágrimas en los ojos luego de enterarme de tu partida, en un país donde al igual que tu lucho por tener una mejor calidad de vida y por brindarle a los míos lo más que pueda para que la adversidad no los golpee tan fuerte, pero ninguno de nosotros imagina o espera siquiera que siendo nosotros los que la luchamos por ellos seamos los afectados.

Te recuerdo y te recordaré siempre como el primer amigo verdadero que tuve cuando me mudé a la casa donde desde siempre he vivido, como ese amigo que se fue a otra ciudad al igual que yo a luchar por ser alguien en la vida, por salir adelante y posteriormente a otro país a seguir sacando el pecho ante la vida. Te recordaré siempre como la última vez que compartimos juntos donde todos éramos felices y hasta que no amaneció no terminó la fiesta en la calle. Te tendré presente como el amigo que la última vez que me habló me dijo que era su hermano y que siempre me iba a tener presente, que te ibas a otro país y que contigo iba a contar siempre.

Esa fue la última vez que hablamos y siempre lo recordaré mientras mi memoria no se desvanezca.

Y sé que esto no es para nada similar a lo que me hubiese gustado escribir pero es algo sincero y es para alguien que desde carajitos jugábamos a ser beisbolistas en octubre, futbolistas en época de un mundial y a ser atletas cuando la fiebre de correr arriba y abajo la cuadra nos invadía.

Quisiera decir que no me duele tu partida, quisiera no llorar mientras escribo esto, quisiera decir que es una pesadilla y que cuando vuelva a casa como en un diciembre pasó, amanecimos con música, tragos y sonrisas en la calle que nos vio crecer junto a los demás amigos de la cuadra y junto a nuestras familias unidas como siempre debió ser. Quisiera pedirte que volvieras si fuese posible pero sé que a pesar de todo no te has ido, ni te irás.

Pero no puedo hacerlo, apenas puedo asimilar la dura realidad y tratar de entender por qué la vida te llevó a otro plano. Pido sabiduría y entendimiento para cada pensamiento que haga que te extrañemos y entendamos que tu misión en aquí fue cumplida exitosamente a pesar del dolor que nos causa cada día tu partida.

Gracias por cada momento, por ser más que un vecino, un amigo.

Pero nunca dejaré de agradecerte por haber sido mi hermano a pesar de todo.

Dedicado al Doctor  Yoel Pimentel “Yoelito”.