No hay duda que la vida del estudiante es lo mejor, compartir ésa época de nuestras vidas en donde aprendemos a ser mejores personas, maduramos, adquirimos conocimientos, enseñamos, enlazamos amistades, en algunos casos hasta noviazgos, entre otras cosas.
Ser estudiante te permite disfrutar de muchos beneficios, tantos como ser menor de edad. Pero además ser un “alumno” tiene sus etapas, por ejemplo en el bachillerato está el peleador, que le gorrea el desayuno a los demás, está la chica que se desarrolló a temprana edad y todos quieren con ella, están l@s hormonales, l@s lloron@s, entre muchos otros personajes de la vida secundaria; en la universidad están l@s cerebritos, los emos, la chica que sale embarazada, l@s populares, los que abandonan la carrera, los que andan pillando un congreso para irse de rumba, las p*tas, el galán, los tacaños, etcétera…
Son muchos personajes pero dentro de todo hay unos en particular que cada día los veo más comunes o en cierto sentido, cada día conozco más de ellos y son los “eternos estudiantes”, no tienen un tipo específico porque algunos son de varios tipos, pueden ser galanes y tacaños a la vez, o pueden ser p*tas y emos al mismo tiempo también; este tipo de estudiante (que incluso me atrevo a decir persona porque es un patrón adquirido y que va pegado al ADN de cada uno de ellos) los encontramos en las universidades.
Los “eternos estudiantes” son aquellas personas que pueden durar más de 10 años de su vida metidos en una universidad o instituto “estudiando”, parece que no poseen deseos de superación, hablan cual sabelotodo, algunos son hasta más viejos que sus profesores, conocen más las reglas que los mismos decanos o rectores, hay casos en que se cambian y cambian de carrera, todo el mundo los conoce y no precisamente porque sean populares sino porque se convierten casi en un “árbol de la sabiduría”, algunos hablan con prepotencia y aún siguen estancados en el 4to semestre, otros solo esperan por tesis y aún siguen viendo materias del ciclo básico (metafóricamente hablando, cabe destacar).
Ahora, ¿Por qué existen los “Eternos Estudiantes”?
Bueno, es difícil saberlo porque tomando en cuenta el concepto de “eterno estudiante” o “eterno bachiller” puede salir gente ofendida, incluso si se le pregunta a alguno de ellos, es como preguntarle a un tukky que por qué es tukky, es una reacción impredecible, uno no sabe cómo van reaccionar.
Pero supongo que existen porque les gusta gorrear las promociones de los congresos, no tienen deseos de superación en el sentido de que aspiran ser estudiantes pero nunca un profesional, no les gusta pagar pasaje completo, quieren ser independientes a cuenta de que viven en una residencia, seguirle sacando el jugo al bolsillo de papá y mamá, no se creen capaces de “levantarse” a una mujer que no sea una “nueva”, creen que si no son universitarias ningún hombre las hallará sexys, les gusta ahorrarse 5% del costo de la entrada al cine, entre muchas otras razones de las cuales muy pocos son verdaderamente válidas.
Cabe destacar que esto no se aplica para estudiantes que congelan semestres, en ese momento ya dejan de ser estudiantes… temporalmente claro.
En fin, siempre existirán estos personajes en las universidades, el mejor consejo para las instituciones es aplicar cierto tipo de regla que permita a estas personas nivelarse u ofrecer otras opciones para finalizar su carrera a tiempo puesto a que mucha gente se queda en la calle esperando un cupo en alguna universidad o no le toca de otra sino escoger una carrera que no quieren porque no hay más chance para ellos mientras hay “calienta pupitres” en las aulas. OJO: no todos los “Eternos Estudiantes” son “calienta pupitres”.
Y otro consejo para este tipo de personas es que se hagan una especie de examen interno y se pregunten ¿hacia dónde quieren ir realmente? La vida no se te puede ir dentro de una universidad llevando a cabo una especie de ciclo vicioso, la vida es adelante y ahora, el pasado no vuelve y el tiempo no perdona.