Hoy es día del músico, y yo soy músico, no solo porque lo haya estudiado, o porque me guste la música, aparte de eso es porque me gusta hacer música, me apasiona.
Mis primeros “pasos” como músico fueron cuando aún era un niño e iba con mis padres a compartir y ver tocar al grupo al cual perteneció mi padre tocando gaitas y música bailable cuando yo no había nacido, me llamaba la atención lo que eran las tumbadoras y la güira, recuerdo que a veces me subía a la tarima con ellos y tocaba (claro, no me ponían un micrófono pero yo igual me emocionaba)
Supongo que de cierta manera eso marcó una influencia para mi, siempre fui a conciertos y los llamados “boulevard” o como dice el paraguanero “bulevares”; pero nunca me incliné ni a practicar ni a estudiar ni a aprender a tocar ningún instrumento, creo que no era una prioridad para mi en ese momento de mi vida, o al menos no lo veía de esa manera.
Una tarde de un domingo, estábamos comentando sobre el toque o “la tripa” del día anterior y un amigo agarró una baqueta que lanzó el baterista de La Mosca Punk en el Hispano, como en el año 2000 cuando hacían toques buenos en Punto Fijo, esa tarde le pedí prestada la baqueta al pana y no se la regresé más, en dos días ya le sabia dar la vuelta a la baqueta y desarmé un gancho para guindar camisas y de ahí saque la otra “baqueta”. En ese tiempo recién me había comprado el disco “The Mark, Tom And Travis Show (The Enema Strikes Back!) – Blink 182” y mi hermana tenía el “Black Album – Metallica” y con el par de “baquetas” me la pasaba todas las tardes después de llegar del colegio tocando “batería” con los muebles de mi casa, de hecho lo que me influyó a tocar batería era que los domingos en la Coromoto, como estaba haciendo la confirmación tocaban la misa con batería, guitarra y bajo, eso tomando en cuenta los toques los fines de semana que eran muchos!
Después de destrozar los muebles y que mi madre casi me mata por eso pues mi padre me regaló mi batería, la primera canción que me aprendí fue Verónica de Caramelos de Cianuro, y la primera que toqué frente a un público fue El Muelle de San Blas de Maná.
Tuve mi banda, toqué en otra, toqué en Caracas, Maracay y Valencia, fundé la banda del colegio donde estudié (Aún existe, se llama Excelsior y está integrada por estudiantes de la institución), luego decidí aprender algo más asi que por suerte me gané una guitarra en una rifa de music clips y unos bongós en allegro, aprendí al menos lo básico de cada uno e incluso de bajo y tumbadoras; en el año 2005 quise tocar gaitas asi que aprendí a tocar tambora y tengo ya 5 años en eso, desde diciembre del 2009 canto gaitas también y en cada una de las experiencias que he tenido como músico he dado lo mejor de mi, no para lucirme o para que me vean, antes no existían las redes sociales y yo hacía las mismas cosas, lo vivía de la misma manera sin intención de que dijeran “que arrecho toca este pana, es el mejor” sino con la intención de vivirlo, de disfrutarlo porque me gusta.
Los nervios de saber que falta poco para subir, recordar esa canción donde siempre te pelaste en los ensayos, los ejercicios de calentamiento, el abrazo y las palabras de aliento en el último momento con los demás, comienzas a transpirar y escuchas el micrófono anunciarte eso es excitante de cierta manera. Me gusta comenzar siempre con canciones movidas y que domines al 100% para drenar los nervios y tomar confianza, ya a la tercera canción o en cualquier estribillo siempre la adrenalina es total y la entrega mía como músico siempre se verá recompensada por el mejor de todos los precios: El Aplauso del público, y siempre trato de decirle a quienes tocan conmigo después de cada toque por muy mal que haya estado: “lo hiciste bien” porque no cualquiera es capaz de subir a un escenario frente a un grupo de desconocidos y dejarlos satisfechos.
Estar en un escenario haciendo música es una experiencia única, si eres músico y te toca subir al escenario disfrútalo y vívelo porque en él reflejas un pedazo de tu alma.
Feliz Día del Músico a todos los músicos!