Hablar de traiciones y mentiras es muy fácil, todos lo hemos hecho, por blanca que sea la mentira, hemos de admitir que en nuestra vida aplicamos por lo menos una vez la “mentirita blanca” para salir de cierta situación o para excusarnos por algún hecho.
Así mismo resulta fácil hablar de traiciones, gran parte de las personas vive quejándose de que han sido traicionados, aunque nunca nadie hable de que traicionó a alguien; todo esto siempre tiene lugar en situaciones cruciales de nuestras vidas; por ejemplo, nunca falta esa persona que siempre estuvo contigo en todo momento de la carrera y justo cuando te vas a graduar te tumba a el(la) novi@; otro caso es que cuando te anuncian un ascenso en el trabajo, siempre te ponen a competir con tu amig@ por el mismo puesto y nunca la batalla resulta ser limpia.
Qué sencillo resulta mirar estas situaciones y hasta muchas otras que en el día a día observamos o vivimos, pero si de algo los seres humanos somos malos es para saber asumir y ver nuestros propios errores que en muchas ocasiones suelen ser peores que los ajenos y que no los llegamos a notar sino en las noches cuando hablamos con la almohada y decimos “me pasa igual que a fulanito…”.
La Autotraición, no es más que ese proverbio que dice “no mires el árbol en el ojo ajeno sino la astilla en el tuyo mismo”. Somos unos linces para criticar y despotricar sobre los problemas de otros, sobre cómo aquella persona puede solucionarlo o en qué está fallando, todo eso sin tomar en cuenta de nuestros propios errores, sin poder ser autocríticos, cuando hablamos sobre alguna persona nunca tomamos en cuenta que las paredes tienen oídos o que mañana quizás podemos terminar arrepintiéndonos de haber dicho esas palabras en ese momento.
Un caso muy común en nosotros los hombres es cuando nos acostamos con una mujer, unos se jactan de sus aventuras en la cama con aquella chica que todos desean, causando así el hinchamiento del ego propio y la envidia ajena. En las mujeres sucede cuando critican que si aquella anda saliendo con dos y tres a la vez, cuando ellas por dentro se carcomen queriendo tener por lo menos a UNO que le pare esféricas, muchas hablan y resulta que son peores o terminan cayendo en el mismo error ajeno y olvidan cuando criticaban a la otra.
“La lengua es castigo del cuerpo” y nosotros somos nuestros propios verdugos así que antes de criticar y destruir a los demás piensa en cómo puedes ser más franco contigo mismo y de esta forma no se víctima de una Auto-Traición.
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