18 jun 2011

Conectarse es una Religión




     En el mundo existen muchas religiones, distribuidas por todos los continentes, cada una predicando su propio credo, sus propias creencias, sus propios dioses. Unas más populares, otras más extremistas; al final de cuentas la religión y la política son tan parecidas que cuesta creer ciertas cosas a cada una; ambas promulgan solución a nuestros problemas y mejor “calidad” de vida (espiritual y personal); entonces partiendo desde ese punto se puede conseguir ese parecido ¿no?.

     Sin embargo, mientras avanzamos en el tiempo y prolongamos nuestras vidas siguen naciendo nuevas tecnologías, nuevos inventos, inclusive nuevas religiones, hasta nuevos profetas.
Los jóvenes, los chamos, la llamada “fuerza del universo” viven esto día a día y diariamente nacen nuevas opciones para estar en contacto con el mundo, lo que antes era anticuado o incluso alocado pensar que llegase a ser una realidad, hoy es algo común, por ejemplo las videoconferencias, las pantallas táctiles, el bluetooth, los infrarrojos, el correo electrónico, entre muchas otras cosas que están al alcance de todos; eso aunado al poder de las redes sociales, unas más que otras pero a la final forman parte de un mismo mercado, los mismos benefactores.

     Ya todos estamos al tanto de cualquier eventualidad que suceda en el mundo al instante, causando cierta adicción a la información que está en la web.
Esto nos lleva al punto esencial de esta publicación; sin darnos cuenta hemos creado una especie de religión a la cual le rendimos culto diario, a cualquier hora, el templo es simplemente una computadora o celular con acceso a internet para ganarnos nuestro paraíso. Sí, hablo de “conectarse”, eso que hacía Neo en Matrix, hoy es realidad, un mundo sin fronteras donde todo es posible y cada quien puede ser quien quiere; es común conectarse cada noche, cada día es un “brollo” nuevo, sea cual sea la razón que nos tenga ahí “conectados” siempre vamos a estar pendientes de lo que sucede en la 2.0.

     Muchos se disculpan por ausentarse, muchos sienten ansiedad e incluso depresión cuando no pueden “conectarse”, por eso todos le temen a la palabra “renta”; todos los días es justo y necesario estar ahí: en la 2.0.

     Supongo que es oportuno hacer ciertas comparaciones, tales como que Microsoft sería un equivalente al Vaticano: Son mayoría pero muchos los odian, otros los siguen porque son “lo más común”. Linux vendría siendo algo más del estilo Musulmán: “Aquellos” están equivocados, no funcionan, hay que salir de ellos…

     Sin darnos cuenta formamos parte de esta nueva religión, es un acto sagrado que no puede ser interrumpido, más aún cuando se va la luz, la conexión, se daña el equipo, todos sentimos ese vacío dentro de nosotros, algunos hasta ni saben qué hacer en esos momentos porque simplemente formamos parte de la religión de los “conectados”.

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