Apenas llega diciembre, suena Betulio
Medina y su Maracaibo 15, todos los venezolanos tenemos muchos sentimientos
encontrados, unos son de tristeza, nostalgia, alegría y felicidad. Eso quiere
decir que llegó la época navideña, más que porque el calendario marque 1º de
Diciembre sino porque desde que se avecina la fecha en cualquier
establecimiento vemos el popular “pote” para el aguinaldo o si no lo vemos
escuchamos el grito emocionado de todos los trabajadores al decir a coro y a
viva voz, sin pena alguna: “dos bolivitas pal’ pote! Graaaacias…” Siempre
existe un “cabecilla” que promueve al cliente a dejar el vuelto dentro del
tarro con forma de cochinito vestido con saco y hallaquita. ¿A dónde va esa
plata? No lo sé… lo cierto es que mientras uno deposita su aporte ahí todos son
unidos y agradecidos. Debería haber un pote todo el año para ver esa unión más
seguida.
Otra cosa que caracteriza a esa
“Comitiva Empresarial Navideña” la cual se activa desde que Noviembre entra en
su primera quincena es la de la organización del famoso juego del “amigo
secreto” o “intercambio”. Su tarea es evaluar apenas entra Octubre la obtención
del lugar adecuado, revisan quiénes viven solos o quienes han remodelado, en
otros casos persuaden al jefe o al gerente de la empresa para asistir a su
casa, además de disponer del uso de los materiales de la oficina para hacer el
respectivo papel dentro de un envase muy al estilo de porta lápices para
realizar la repartición de los nombres, ellos son quienes fijan el precio del
regalo y qué va a poner cada quien para el encuentro, el cual consta además de
mucha caña, música (en algunos casos cuentan con un grupo de gaitas en vivo),
la cena y la decoración del lugar. Todo esto lo hacen de manera “fantasma”
pues, puedes estar en tu oficina tranquilamente cuando de repente te emboscan
con el papelito o te reciben con la tarjetica de invitación para el “evento”.
Entre sus funciones también está la
de encargarse de adornar puertas y ventanas, montar el arbolito y las
guirnaldas con todo y sus luces en toda la empresa con un presupuesto que no
exceda los 500 Bsf incluyendo viáticos y mano de obra. En casos muy remotos se
incluyen la decoración de los baños con juegos de sanitarios navideños.
Lo curioso de estos comités es que se
desligan esos estereotipos de cargos, donde el resto del año la administradora
ve por encima del hombro al vigilante y en diciembre discuten durante todo el
almuerzo para determinar cuál bebida es más barata o cual señora hace las
mejores hallacas y al mejor precio, todo en pro de la cena navideña. Unas
aprovechan para echar un pie con el jefe y bromear sobre algunas actitudes o
desplantes que les hayan hecho durante el año (todo esto cuando ya la cena está
entrada en calor). Por ejemplo: “jefe, ¿se acuerda la vez que no quiso darme el
permiso para ir a la reunión en la escuela de mi hijo? Jajajaja yo decía: este
viejo verde que se creerá, mi hijo es más importante! (risas, muchas risas)”.
Hay paz hasta que el vigilante se rasca y comienza a caerle a aquella cajera
joven y soltera que se fue despampanante despertando así miradas entre todos
los asistentes.
Este comité es plural y conciso, al
menos mientras dura su labor, pero en muchos casos, reina la armonía entre los
que lo integran desde el 15 de Noviembre hasta el 31 de Diciembre, sin pena de
hablar con el más alto o bajo en el organigrama empresarial, o sin miedo a que
te vayan a chalequear por darle un regalo a la más linda de la oficina, como
sea esto forma parte de nuestras tradiciones y esto nos define como venezolanos!
PD: Un comentario ahí pa’ el pote
pues… GRAAAACIAAAAAASSSSS!
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