Esta vida… tarda nueve meses en
llegar y solo basta un segundo para que se termine, está llena de decisiones
que por lo general nos conducen a dos caminos: uno bueno o uno malo, para esta
vida existen muchas definiciones de las cuales no quiero hablar ahora.
Porque esta vida se resume a fotos y
recuerdos que quedan grabados en la memoria, donde viviremos por siempre entre
sentimientos únicos que quedan guardados en el corazón y que en cualquier
momento afloran para dejar salir lo bueno que sembramos en cada persona que
vamos conociendo.
Porque en esta vida uno no debe pasar
en vano, uno tiene que dejar un legado por más sencillo que sea; hace tiempo
escuché una frase que me llamó la atención y era “No quiero morir sin saber por qué he vivido” y de eso se trata, de
saber llegar a los corazones ajenos siendo uno mismo, sin pretender ser ejemplo
a seguir de nadie pero sí ser alguien que valga la pena recordar al momento en
que nos vamos.
Entre retratos y videos quedamos,
para poner a rodar los recuerdos en nuestras mentes, cuando cerramos los ojos,
cuando soñamos incluso despiertos, a charlar y compartir anécdotas entre
amigos, por más que hayan pasado problemas entre ellos, somos humanos no santos
y como humanos erramos y mucho.
Nada importa a la hora de que llega
ese vacío, imposible de llenar, se caen los planes, se borran las sonrisas y
los abrazos a veces son insuficientes, lágrimas que son pequeñas y un dolor
irreparable, un dolor que corre por las venas en cada bombeo de un corazón
herido y nos pincha el cuerpo entero, nos desgarra el alma.
Calles vacías que extrañan el andar,
amigos cercanos que extrañan el hablar, una familia que necesita a quien se ha
de ausentar, pasillos que cada mañana serán más largos de transitar, verte en
un lugar que nunca quise visitar, un silencio imposible de inquietar y una vida
que muy corta se ha de quedar cuando el corazón se enmudece para el que lo
padece.
Siempre será temprano para irse,
siempre nos quedaremos cortos, porque esta vida merece la pena vivirla de la
forma más sana y respetuosa posible, sin llegar a los extremos y sin abusar de
sus beneficios, porque esta vida la transitamos a ciegas sin saber cuándo se
acabará el camino, porque supuestamente vivir es empezar a morir, no… para mí
no lo es, no hay muerte que valga, porque viviremos más allá, entre recuerdos,
legados, fotos y sobre todo en los corazones de quienes nos aprecian y nos quieren,
porque esta vida no es suficiente.
Dedicado a Aly Colina “El Brother”.
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