21 dic 2011

Un niño en Navidad





El niño tenía 9 años y recién se había mudado a un nuevo vecindario, no conocía a nadie, pasó un año lleno de alegrías y sonrisas al lado de sus seres más queridos, pronto llegaría el 24 de diciembre y como todos, vivía la ilusión de que el Niño Jesús le trajera su regalo: un Nintendo 64, tal como había pedido.

Había aprobado el primer lapso de 5to grado con notas entre 17 y 19 puntos, un niño obediente y respetuoso, tal como lo habían enseñado en su casa. Así como también le enseñaron de que: “Si quieres algo, gánatelo con buenas notas y si hay dinero para eso, te lo compramos”. Nunca llegó a exigir nada pues sabía que existían ciertas limitaciones en el hogar.

Preparó su carta y con mucha ilusión la colgó del árbol, sólo pidió un regalo, era lo único que quería pues, al final de cuentas no tenía con quien jugar y era el “juguete de moda”.

La noche del 24 estaba ansioso porque llegaran las 12 de la noche, rodeado de primos y tíos, el niño se dedicó a compartir y jugar hasta que como todos los años iban al cuarto a esperar a que llegara el Niño Jesús y le dejara el regalo bajo el arbolito. Cuando ese momento llegó el niño corrió con alegría a buscar el regalo esperando que había pedido y su mayor sorpresa fue que el Niño Jesús se había olvidado de él en esta Navidad.

Mami ¿será que me dejó el regalo en la otra casa?” Preguntaba el niño con los ojos brillantes a su madre quien le contestó: “No hijo, el tuyo es este” señalando una caja en el fondo, cuando lo abrió no era precisamente lo que esperaba o al menos lo que había pedido, su corazón en ese momento bajó el ritmo de pulsaciones al ver que el Niño Jesús le había traído un balón de básquet y no un Nintendo 64 como lo plasmó en la carta, una lágrima se dejó salir por su mejilla y con su mano la limpió para que no lo notaran triste. “hijo, ¿te gusta?” preguntó su mamá quien al ver que su hijo destapaba lentamente el regalo con claros gestos de desilusión, la cabeza baja y le dijo el niño: “Mamá ¿por qué si yo me porté bien? ¿Si yo hice mis tareas y saqué buenas notas? ¿Por qué el Niño Jesús se olvidó de mi?”. Decía el niño con la voz quebrada y ya sin poder contener el llanto. La madre se arma de valor, traga grueso y se va a otro sector de la casa donde está el padre, se acerca llorando y pregunta qué le sucede, ella lo invita a ver la triste escena donde su hijo lloraba  bajo el arbolito, abrazado a un regalo que no había pedido mientras sus primos y hermanos lo consolaban.

Un par de semanas después el padre le llegó al niño con un Nintendo 64 envuelto en papel de regalo, el niño volvió a sonreír, se inscribió en baloncesto y duró un año practicándolo en la escuela. Unos cuantos años más adelante, el niño entendió que no todos podemos tener lo que pedimos o queremos, que quizás para un niño es difícil entender ciertas cosas pero que sea como sea esa noche el Niño Jesús le enseñó que por muy poco, pequeño o grande que sea un regalo, él nunca se olvidará de uno, que no hace falta tener lo que se quiere para ser feliz si lo único que necesitamos para vivir es tener salud y no cosas materiales.

Han pasado 15 años después de ese día… Ese niño era yo.

3 comentarios:

  1. Este post me ha hecho recordar unas cuantas vivencias, es bueno saber que recibiste el regalo que pediste pero me alegra aun más que aprendieras una lección tan importante como esa, yo continuo esperando que el Niño Jesús me dé el regalo que más deseo desde hace 14 años, aunque sé que es muy difícil…

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  2. Ahora si termine de llorar con este post muy buena reflexion nos dejas con tus vivencias santis no fue lo que se pidio pero almenos algo trajo y no dejo las manos vacias de ese niño que tan ilucionado se encontraba en esa noche de navidad...ay personas que creeme no fuecn actuado como actuo ese niño q almenos su balon nunca descuido y nunca se quejo apesar de q la tristeza lo invadia.. fue poco pro a su vez mucho porq algo aprendio q es lo importante..t felicito vale..

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  3. Aún lo leo y lloro porque recuerdo exactamente como nos sentimos todos al verte destapando ese regalo y no era el nintendo.! Y el nintendo te lo llevaron el 30 de ese mismo mes, o sea, 6 días después.! El año antepasado cuando Odhette destapó su regalo, el brillo en sus ojos era incomparable al ver que el Niño Jesús le había traído su Nintendo DS, lo mismo sucedió el año pasado con el DS 3D. Es lindo ver esa mirada, y triste cuando uno no puede complacerlos..!

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